La cosa es que para hacerlo tiene que pedir prestado el cuerpo de Vince Murphy el friki de los ordenadores. Ah, y aunque se suponía que Vince había desocupado el local, al parecer nunca le llegó el mensaje.
Ahora, Holly tiene cuarenta y ocho horas para resolver sus asuntos mientras comparte brazos, piernas y… otras cosas… con un chico en el que apenas se fijó mientras estaba viva. Pero la verdadera sorpresa es lo que la vida tiene para ofrecer cuando solo tienes dos días para vivir.
Gracias a Simply Books por el libro.
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